Adicciones a las Drogas

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¿Qué son  las adicciones?

Las adicciones son enfermedades crónicas que afectan el cerebro y el comportamiento, caracterizadas por la búsqueda y consumo compulsivo de sustancias o actividades, a pesar de sus consecuencias dañinas. No se trata solo de una falta de control, sino de un trastorno que requiere apoyo y tratamiento especializado.

Factores y causas

¿Qué factores contribuyen al desarrollo de una adicción?

Una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales puede contribuir al desarrollo de una adicción, tales como:

Genética

Algunas personas tienen mayor predisposición genética a desarrollar una adicción.

Ambiente

La exposición a sustancias, presión social o situaciones traumáticas puede influir.

Transtornos mentales

La depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental están estrechamente relacionados con las adicciones.

Tipos y efectos

Drogas más comunes y sus efectos

Las drogas pueden ser de distintos tipos y tienen efectos variados en el cuerpo y la mente. Algunas son legales, como el alcohol y el tabaco, mientras que otras son ilegales o controladas. A continuación, se describen las drogas más comunes y sus principales efectos:

Alcohol

El alcohol es una sustancia legal, pero su abuso provoca efectos peligrosos. A corto plazo, genera euforia, desinhibición y alteraciones en el comportamiento, como pérdida de coordinación y juicio. A largo plazo, puede causar dependencia, problemas hepáticos graves (cirrosis), daño cerebral, enfermedades cardíacas y diversos tipos de cáncer (hígado, boca, esófago). El alcoholismo también afecta las relaciones personales y profesionales, llevando a conflictos familiares, pérdida de empleo y problemas legales. La sobredosis, conocida como intoxicación etílica, puede resultar mortal si no se trata a tiempo.

Tabaco (Nicotina)

El tabaco contiene nicotina, una sustancia que provoca una fuerte adicción. Aunque sus efectos a corto plazo incluyen mayor concentración y relajación en personas adictas, los daños a largo plazo son significativos. Fumar tabaco está directamente relacionado con el cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). El uso prolongado también provoca daños irreversibles en los pulmones, las vías respiratorias y el corazón. Además, el humo de segunda mano perjudica gravemente a los no fumadores, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias y cáncer en personas expuestas.

Cannabis (Marihuana)

El cannabis es una droga que se consume por sus efectos relajantes y psicoactivos. A corto plazo, provoca una sensación de bienestar, alteración de la percepción del tiempo, euforia y aumento del apetito. Sin embargo, puede causar paranoia y ansiedad en dosis altas o en personas susceptibles. A largo plazo, su uso crónico afecta la memoria, la capacidad cognitiva y puede generar dependencia. Fumar cannabis también conlleva riesgos para la salud respiratoria, similar al tabaco. En algunos casos, puede ser un factor desencadenante de trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia.

Cocaína

La cocaína es un potente estimulante que provoca una rápida e intensa sensación de euforia. A corto plazo, aumenta la energía, la alerta y la confianza, pero también puede causar paranoia, ansiedad, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial elevada. El uso repetido lleva a una rápida dependencia y un deseo incontrolable de continuar consumiendo. A largo plazo, el abuso de cocaína puede provocar daños graves en el corazón, derrames cerebrales, problemas respiratorios, y en el caso de ser inhalada, daños en las fosas nasales. Además, eleva el riesgo de sobredosis, que puede ser fatal.

Heroína

La heroína es un opiáceo altamente adictivo que genera efectos inmediatos de euforia y alivio del dolor. A corto plazo, provoca somnolencia, respiración lenta y un estado de relajación extrema. Sin embargo, el uso repetido rápidamente conduce a la adicción, con síntomas severos de abstinencia al intentar dejarla. A largo plazo, la heroína causa graves daños a la salud, como colapso venoso (por inyección), infecciones, enfermedades cardíacas, y un alto riesgo de sobredosis, que a menudo es letal. Compartir agujas aumenta significativamente el riesgo de contraer VIH y hepatitis.

Metanfetaminas

Las metanfetaminas son potentes estimulantes que aumentan la energía, concentración y sensación de euforia. A corto plazo, los usuarios experimentan hiperactividad, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial. Sin embargo, el abuso crónico provoca graves daños al cerebro, pérdida extrema de peso, problemas dentales severos («boca de metanfetamina»), y comportamientos agresivos o paranoicos. A largo plazo, el uso prolongado deteriora el sistema nervioso central, causando alucinaciones, psicosis y daño permanente a los vasos sanguíneos del cerebro, lo que puede provocar derrames cerebrales.

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